miércoles, 6 de abril de 2011

Las respuestas más sinceras que las preguntas

Que voy a contar yo, siendo un novato. Me queda tanto por aprender… Lo que más me gusta cuando trato con las personas, hablo, me río, o incluso lloro, es de lo que puedo aprender de ellas. Si escucho es para aprender. Para nutrirme de todos los conocimientos que puedan aportarme. Si entablo una conversación con algún amigo, y me deja hacerle alguna pregunta, el me contestará (siendo mi amigo) de la forma más sincera que pueda o quiera. Pero en sus ojos veré como me ha contestado. Conociéndolo de toda la vida sabré si está mintiendo o no. Porque a los amigos se les pillan cuando mienten. No obstante, si escucho a una persona que no conozco, pero se que me va a transmitir toda su sabiduría, necesito hacerle preguntas. Al escuchar a este tipo de personas, la cabeza te da vueltas y más vueltas, porque pasarías días enteros hablando con el. Lo malo es que solo puedes escucharlo, y quizás te dejen hacerle una única pregunta.

De ahí que me encanta que se mojen en el asunto. Que vayan al grano de la cuestión y le saquen el máximo jugo. Si la pregunta es, por ejemplo: ¿Qué es una manzana?, yo trataría de ser realista. No respondería que se trata de una fruta pomácea comestible obtenida del manzano doméstico u otros manzanos. Sería más sincero e iría más allá. Explicaría a todos la textura de la manzana, y que siento al degustar una de estas. Cómo Eva (en tiempos del antiguo testamento) comió una manzana prohibida. Que eso es un símbolo que representa el bien y el mal (a modo de resumen). Que Blancanieves se come una manzana envenenada, tras haber sido engañada por una bruja. Que una manzana puede ser algo más que una fruta. Es todo y cuanto nos guste imaginar que sería una manzana para nosotros. Eso sería mi respuesta, sincera, abierta y honesta.

Aunque puedo ser como otros y decir: una manzana es una fruta pomácea comestible…

No hay comentarios:

Publicar un comentario