Cocinar es algo que me fascina. Aunque me gusta mucho más ser comensal. A otros, sin embargo, les gusta cocinar y lo hacen de maravilla. Se ponen ese gorro blanco e impoluto. Ponen el paño con estampados de flores. Y se ponen manos a la obra. Es un oficio grato y muy reconfortante, o al menos lo tiene que ser, no lo se. Algunos de esos que cocinan, son tan genios que mientras le dan la vuelta a la tortilla te cuentan un chiste, recitan un poema o cantan. ¡El mundo está lleno de genios! ¿Que lleguen al estatus blindado? muy pocos, ¿Qué viajen en ayudas humanitarias a países remotos? Pocos también, pero mejores. Y así, entre refritos y cebolleta con pimiento, llegamos al meollo del asunto. Resulta que, en una de esas veces que le da la vuelta a la tortilla, dice lo siguiente:
- Los malos son los que mandan.
Una frase que hay que analizar detenidamente. Los malos son los que mandan, ¿Qué malos? ¿Qué mandan?
Mandar significa “ordenar el que tiene autoridad la ejecución de algo”. Digamos que si mi profesor me manda un trabajo, el es malo. O si hago la compra, por autoridad de mi abuela, ella es la mala. En fin, podríamos estar así indefinidamente. Amigo mío, los que mandan son muchos… ¿Quién tiene la culpa? Zapatero, Ángela Merkel, Sarkozy, Gadafi, el tsunami, la religión, el alcalde pedáneo de cualquier barrio diminuto, los que murieron y mandaban, los que mandan pero van a morir, los que asfixian pero no ahogan, los que ahogan pero no matan, los banqueros, los fusiles pistoleros, los maltratadores, los dictadores puñeteros…
En una frase tan corta has englobado tanto, querido cocinero, que casi me olvido de que los malos son los que matan por dinero.
miércoles, 23 de marzo de 2011
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Olé!
ResponderEliminar"En una frase tan corta has englobado tanto, querido cocinero, que casi me olvido de que los malos son los que matan por dinero."
ResponderEliminarLo que se le puede ocurrir a un cocinero entre tortilla y tortilla... Sencillamente: perfecto artículo de opinión Jico! :)